Admiración y gratitud
Hay algunos
sentimientos necesarios para la realización del gran
proyecto humano.
La
admiración
Es el sentimiento
que experimentamos al ver algo extraordinario por su
belleza, bondad o calidad.
Todos debemos
admirar a las personalidades que han hecho bien a la
humanidad -los científicos, los artistas, los pensadores,
los médicos, los políticos, los que han participado en las
movilizaciones sociales que han conseguido cosas
justas, los que han hecho algo bueno por los demás-, y
tenemos una deuda de gratitud con ellas.
La
gratitud
Es el sentimiento
por el que apreciamos y valoramos un favor o un beneficio
que hemos recibido de alguien.
En efecto, la
ingratitud, que consiste en no sentir agradecimiento por
quien nos ayuda, o en no valorar la ayuda o el favor
recibido, es un sentimiento injusto, porque es incapaz de
reconocer las cosas buenas. Si dejamos algo a un amigo
nuestro, ¿no nos gusta que nos dé las gracias o que nos diga
que está contento por el favor que le hemos hecho?
Para merecer
gratitud, hay que hacer los favores con
generosidad, sin esperar recompensa, y sin
humillar a quien lo recibe porque en este caso puede
provocarse resentimiento, que
es lo que experimenta una persona que se siente maltratada,
y siente hostilidad contenida hacia el que considera
culpable. El resentimiento es un mal sentimiento, porque
produce amargura y va a interpretar mal todo lo que otra
persona hace. |